CUANDO EL RUIDO DE LAS OLAS
Esta la tarde revuelta con sus grises nubarrones, mientras en Calpe se aumenta al sufrir las previsiones. Estas tardes otoñales que se cargan de razones, parecen ser muy normales aunque dejen confusiones. Con el ruido de las olas notas las complicaciones, miras despacio El Rompeolas que deja lamentaciones. Calpe entre brisas marinas, con un Peñón expectante, sus montañas y colinas que pueden ser un sedante. El mar soltando los gritos, de sus olas tan constantes, que tienen sufridos hitos, que pueden ser delirantes. La noche sigue sonando con sus ecos por delante, las olas llegan gritando en cualquier bonito instante. La noche sigue su marcha entre ruidos expectantes, y a cualquier insomnio engancha viendo sus brillos constantes. El silencio no aparece, la vida no es un calmante, el ruido pienso que crece de una forma desbordante. Las olas vienen marcando muchas buenas alboradas, mientras seguimos pensando que hacen temblar las almohadas. Calpe conoce misterios con sus noches embrujadas, donde los minutos serios dejan sombras delicadas. Las luces vienen brillando mientras tiemblan las palmeras, la noche nos va dejando pensamientos que se alteran. Calpe de luces y sombras, entre leyendas sentidas, donde sufres y te asombras al ver fechas distinguidas. Cuando las olas revientan sobre las cuidadas playas, es el viento quien comenta que aquí no sirven las rayas. Los paisajes son testigos de estas tardes tan revueltas, donde se ven los castigos con las olas que revientan. Las olas vienen deprisa dejando su fuerza extraña, el mar despide esa brisa que nunca será alimaña. G X Cantalapiedra.
Esta la tarde revuelta con sus grises nubarrones, mientras en Calpe se aumenta al sufrir las previsiones. Estas tardes otoñales que se cargan de razones, parecen ser muy normales aunque dejen confusiones. Con el ruido de las olas notas las complicaciones, miras despacio El Rompeolas que deja lamentaciones. Calpe entre brisas marinas, con un Peñón expectante, sus montañas y colinas que pueden ser un sedante. El mar soltando los gritos, de sus olas tan constantes, que tienen sufridos hitos, que pueden ser delirantes. La noche sigue sonando con sus ecos por delante, las olas llegan gritando en cualquier bonito instante. La noche sigue su marcha entre ruidos expectantes, y a cualquier insomnio engancha viendo sus brillos constantes. El silencio no aparece, la vida no es un calmante, el ruido pienso que crece de una forma desbordante. Las olas vienen marcando muchas buenas alboradas, mientras seguimos pensando que hacen temblar las almohadas. Calpe conoce misterios con sus noches embrujadas, donde los minutos serios dejan sombras delicadas. Las luces vienen brillando mientras tiemblan las palmeras, la noche nos va dejando pensamientos que se alteran. Calpe de luces y sombras, entre leyendas sentidas, donde sufres y te asombras al ver fechas distinguidas. Cuando las olas revientan sobre las cuidadas playas, es el viento quien comenta que aquí no sirven las rayas. Los paisajes son testigos de estas tardes tan revueltas, donde se ven los castigos con las olas que revientan. Las olas vienen deprisa dejando su fuerza extraña, el mar despide esa brisa que nunca será alimaña. G X Cantalapiedra.