EN ESTOS DÍAS DE OTOÑO
Calpe se va preguntando de donde vienen los males, que quieren dejar llorando y resultan ser fatales. Cuando los vientos se crecen, con sus fuerzas naturales, los problemas prevalecen y nos resultan mortales. Estas jornadas sufridas con la pandemia aflorando, vemos las horas sentidas que piensan que está pasando. Las noches se ven inciertas, cada cual en sus hogares, dicen que toca las puertas para lograr los pesares. Las vibraciones son malas, cuando se ven los lamentos, aquí no se ven las balas pero notas sufrimientos. Calpe tiene sus problemas que la pandemia les marca, algunos son los esquemas que solo el tiempo desmarca, Las noches se vuelven serias, en un ambiente flotante, donde no se ven miserias con el Peñón por delante. Hay brisas que son lamentos de los sueños delicados, donde quizá cuenten cuentos de marinos jubilados. Las mañanas son delicias que caminan sin pensarlo, corren a veces noticias que nunca son un regalo. Con el otoño camino, siento latir mi costado, quizá no sepa hilar fino en este mundo anhelado. El otoño me seduce con sus pasos olvidados, el traje nunca me luce, soy un hombre despistado. Miro de frente a la Luna en noches de cielo claro, Calpe me da la fortuna de no ver mi mundo raro. La pandemia nunca llama ni deja nuevos recados, ella siempre te reclama entre sueños mal centrados. El mañana va llegando con sus olas y misterios, mientras vivimos pensando que hay llantos en cementerios. Las soledades abundan cuando surgen los impactos, las epidemias fecundan para malograr los pactos. Calpe tiene bellas sombras que te dejan emociones, algunas veces te asombran entre tristes soluciones. La pandemia va volando por las costas de Levante, algunos la ven marcando algún signo trepidante. Calpe buscando razones para seguir adelante, mientras produce emociones en cualquier bonito instante. G X Cantalapiedra.
Calpe se va preguntando de donde vienen los males, que quieren dejar llorando y resultan ser fatales. Cuando los vientos se crecen, con sus fuerzas naturales, los problemas prevalecen y nos resultan mortales. Estas jornadas sufridas con la pandemia aflorando, vemos las horas sentidas que piensan que está pasando. Las noches se ven inciertas, cada cual en sus hogares, dicen que toca las puertas para lograr los pesares. Las vibraciones son malas, cuando se ven los lamentos, aquí no se ven las balas pero notas sufrimientos. Calpe tiene sus problemas que la pandemia les marca, algunos son los esquemas que solo el tiempo desmarca, Las noches se vuelven serias, en un ambiente flotante, donde no se ven miserias con el Peñón por delante. Hay brisas que son lamentos de los sueños delicados, donde quizá cuenten cuentos de marinos jubilados. Las mañanas son delicias que caminan sin pensarlo, corren a veces noticias que nunca son un regalo. Con el otoño camino, siento latir mi costado, quizá no sepa hilar fino en este mundo anhelado. El otoño me seduce con sus pasos olvidados, el traje nunca me luce, soy un hombre despistado. Miro de frente a la Luna en noches de cielo claro, Calpe me da la fortuna de no ver mi mundo raro. La pandemia nunca llama ni deja nuevos recados, ella siempre te reclama entre sueños mal centrados. El mañana va llegando con sus olas y misterios, mientras vivimos pensando que hay llantos en cementerios. Las soledades abundan cuando surgen los impactos, las epidemias fecundan para malograr los pactos. Calpe tiene bellas sombras que te dejan emociones, algunas veces te asombran entre tristes soluciones. La pandemia va volando por las costas de Levante, algunos la ven marcando algún signo trepidante. Calpe buscando razones para seguir adelante, mientras produce emociones en cualquier bonito instante. G X Cantalapiedra.