Luz ahora 0,08520 €/kWh
LA PANDEMIA CON EL MAR DELANTE EN CALPE, ALICANTE.
Aquel matrimonio de Madrid, se fueron huyendo de la pandemia que se extendía por la capital del reino, sin conocer ningún freno, y ante la rara situación, en aquellos días del mes de marzo del año 2020, decidieron a ultima hora antes de estar confinados, salir camino de Calpe, Alicante, donde pronto hicieron compra de comestibles abundantemente, para estar tranquilos en su piso, de una torre de 18, plantas de altura, desde donde se divisaba el Mar Mediterráneo sin problemas, viendo su sólido refugio, que les pareció fabuloso. Los días se fueron pasando, y sus ordenadores no paraban de escribir temas, que con internet, estuvieron comunicados constantemente, Fue un experiencia nueva, conocían de sobra Calpe, sabían de sus playas y paisajes, y supieron que mirando al mar, el silencio algunos días era fabuloso, otros días en cambio, las olas gritaban mientras chocaban con el rompeolas de la playa, todo era normal, hasta que llegó el momento de poder salir andar, era un tiempo de primavera, soñaban con ver la pandemia terminada, pero resulto que no fue así, después de verano empezaron los repuntes, día a día la Comunidad Valenciana, subía puestos en el escalafón de contagios, Los paseos de las playas, a veces se veían a seres humanos, de todos los colores, sin guardar respeto por las normas ni los demás transeúntes, sin mascarillas, algunos desafiando a los que les miraban como seres extraños, ellos se deben de ver seres superiores, y solo son fanáticos sin razones, que mejor estaríamos sin que pisaran nuestra querida España. Día a día se siguen viendo estos seres, y mejor no mirarlos, te desafían con sus ojos brillantes y violentos, sus razones es sembrar el odio y el terror, y dejar sus huellas de seres extraños. La Comunidad Valenciana, tiene muchos motivos para ser admirada, sus nativos son gente la mayoría buena, pero tienen un fanatismo encima, de ciertos aventureros invasores, que miedo me da el pensarlo, esto pensaba el matrimonio en sus paseos diarios, y al ver que no se terminaba con las chulerías de algunos paseantes, el matrimonio se volvió de nuevo a su ciudad que es Madrid, donde pasaron las navidades encerrados en su domicilio, para no verse contagiados, y poder vivir libremente, sin el miedo a esos seres desafiantes, que invaden el territorio español. Calpe les gustaba muchísimo, sus playas y restaurantes, eran de lo más normal del mundo, la mayoría de turistas extranjeros se comportan bien, saben estar en su sitio, respetan las normas, y se puede estar a su lado, ya que tienen costumbres europeas civilizadas. Pero la sombra del momento actual, es temerosa, veremos cómo termina algún día este problema, Debiéramos de exigir a cada ciudadano que se quiera domiciliar, en esta tierra, que respete las leyes y costumbres, y si no que se vaya a donde quiera, pero fuera de nuestro suelo español, evitaríamos enfrentamientos, que nadie normal quiere, pero que puede pasar en cualquier momento. Al ver a gente energúmena, que sale dispuesta a formar follón. En una tierra donde sus nativos son acogedores, trabajadores, y gente con buenas costumbres, que solamente tratan de salir de esta maldita tragedia, para seguir tranquilos viviendo en paz, No sé si será posible, pero viendo este ambiente enrarecido, lo dudo, sus miradas dejan mucho que desear, y sus formas incluso son temerarias, van sin mascarillas para poder anular las leyes, que se han marcado en España, y tratan de ser más listos que nadie, aunque la gente normal les veamos como intrusos, Espero que no tengamos que lamentar algo raro con el tiempo. G X Cantalapiedra,
Aquel matrimonio de Madrid, se fueron huyendo de la pandemia que se extendía por la capital del reino, sin conocer ningún freno, y ante la rara situación, en aquellos días del mes de marzo del año 2020, decidieron a ultima hora antes de estar confinados, salir camino de Calpe, Alicante, donde pronto hicieron compra de comestibles abundantemente, para estar tranquilos en su piso, de una torre de 18, plantas de altura, desde donde se divisaba el Mar Mediterráneo sin problemas, viendo su sólido refugio, que les pareció fabuloso. Los días se fueron pasando, y sus ordenadores no paraban de escribir temas, que con internet, estuvieron comunicados constantemente, Fue un experiencia nueva, conocían de sobra Calpe, sabían de sus playas y paisajes, y supieron que mirando al mar, el silencio algunos días era fabuloso, otros días en cambio, las olas gritaban mientras chocaban con el rompeolas de la playa, todo era normal, hasta que llegó el momento de poder salir andar, era un tiempo de primavera, soñaban con ver la pandemia terminada, pero resulto que no fue así, después de verano empezaron los repuntes, día a día la Comunidad Valenciana, subía puestos en el escalafón de contagios, Los paseos de las playas, a veces se veían a seres humanos, de todos los colores, sin guardar respeto por las normas ni los demás transeúntes, sin mascarillas, algunos desafiando a los que les miraban como seres extraños, ellos se deben de ver seres superiores, y solo son fanáticos sin razones, que mejor estaríamos sin que pisaran nuestra querida España. Día a día se siguen viendo estos seres, y mejor no mirarlos, te desafían con sus ojos brillantes y violentos, sus razones es sembrar el odio y el terror, y dejar sus huellas de seres extraños. La Comunidad Valenciana, tiene muchos motivos para ser admirada, sus nativos son gente la mayoría buena, pero tienen un fanatismo encima, de ciertos aventureros invasores, que miedo me da el pensarlo, esto pensaba el matrimonio en sus paseos diarios, y al ver que no se terminaba con las chulerías de algunos paseantes, el matrimonio se volvió de nuevo a su ciudad que es Madrid, donde pasaron las navidades encerrados en su domicilio, para no verse contagiados, y poder vivir libremente, sin el miedo a esos seres desafiantes, que invaden el territorio español. Calpe les gustaba muchísimo, sus playas y restaurantes, eran de lo más normal del mundo, la mayoría de turistas extranjeros se comportan bien, saben estar en su sitio, respetan las normas, y se puede estar a su lado, ya que tienen costumbres europeas civilizadas. Pero la sombra del momento actual, es temerosa, veremos cómo termina algún día este problema, Debiéramos de exigir a cada ciudadano que se quiera domiciliar, en esta tierra, que respete las leyes y costumbres, y si no que se vaya a donde quiera, pero fuera de nuestro suelo español, evitaríamos enfrentamientos, que nadie normal quiere, pero que puede pasar en cualquier momento. Al ver a gente energúmena, que sale dispuesta a formar follón. En una tierra donde sus nativos son acogedores, trabajadores, y gente con buenas costumbres, que solamente tratan de salir de esta maldita tragedia, para seguir tranquilos viviendo en paz, No sé si será posible, pero viendo este ambiente enrarecido, lo dudo, sus miradas dejan mucho que desear, y sus formas incluso son temerarias, van sin mascarillas para poder anular las leyes, que se han marcado en España, y tratan de ser más listos que nadie, aunque la gente normal les veamos como intrusos, Espero que no tengamos que lamentar algo raro con el tiempo. G X Cantalapiedra,