Luz ahora: 0,12500 €/kWh
CUANDO LA PANDEMIA MATA
Esta pandemia asesina que nunca anuncia sus males, no le teme a la colina en sus momentos normales. Nos fueron siempre avisando y muchas personas niegan, que va la muerte rondando y sus daños se despliegan. La pandemia sigue en marcha por las costas levantinas, y a cualquier humano engancha incluso con medicinas. Hubo gentes sin remedios que no usaban mascarillas, y no cuidaron los medios de las cosas más sencillas. Por la tierra de Levante donde se notan las brisas, presume algún arrogante de solo buscar sonrisas. Locales que no guardaron las normas más trascendentes, y que solo se cuidaron de ver entrar a clientes. Muchas personas altivas que caminaban sin miedo, eran las gentes activas que solo dejan enredo. La pandemia va avanzando y no me parece extraño, es algo que va matando sin hablar de cierto engaño. Los frenos a la pandemia se fueron quizá olvidando, ahora tememos tragedia que nos viene machacando. No podemos lamentarnos de ver crecer la pandemia, ayer fuimos olvidando que no es ninguna comedia. Por las costas de Levante se perciben fanfarrones, que miran solo adelante con penosas sensaciones. No vale gritar al viento ni pregonar más mentiras, ahora queda el sufrimiento que solo nos deja giras. Cuando miro al horizonte y sus grandes fantasías, siento la vida un resorte que se llena de agonías. Estos tiempos temerosos cargados de malos vientos, nadie los siente dichosos si conllevan sufrimientos. Los lamentos se evaporan sin que corra mucho el viento, y las lágrimas imploran otros nuevos sentimientos. G X Cantalapiedra. 19 – 1 - 2021
Esta pandemia asesina que nunca anuncia sus males, no le teme a la colina en sus momentos normales. Nos fueron siempre avisando y muchas personas niegan, que va la muerte rondando y sus daños se despliegan. La pandemia sigue en marcha por las costas levantinas, y a cualquier humano engancha incluso con medicinas. Hubo gentes sin remedios que no usaban mascarillas, y no cuidaron los medios de las cosas más sencillas. Por la tierra de Levante donde se notan las brisas, presume algún arrogante de solo buscar sonrisas. Locales que no guardaron las normas más trascendentes, y que solo se cuidaron de ver entrar a clientes. Muchas personas altivas que caminaban sin miedo, eran las gentes activas que solo dejan enredo. La pandemia va avanzando y no me parece extraño, es algo que va matando sin hablar de cierto engaño. Los frenos a la pandemia se fueron quizá olvidando, ahora tememos tragedia que nos viene machacando. No podemos lamentarnos de ver crecer la pandemia, ayer fuimos olvidando que no es ninguna comedia. Por las costas de Levante se perciben fanfarrones, que miran solo adelante con penosas sensaciones. No vale gritar al viento ni pregonar más mentiras, ahora queda el sufrimiento que solo nos deja giras. Cuando miro al horizonte y sus grandes fantasías, siento la vida un resorte que se llena de agonías. Estos tiempos temerosos cargados de malos vientos, nadie los siente dichosos si conllevan sufrimientos. Los lamentos se evaporan sin que corra mucho el viento, y las lágrimas imploran otros nuevos sentimientos. G X Cantalapiedra. 19 – 1 - 2021