CALPE UN SOÑADOR EN LA PLAYA
Eran las fechas de la pandemia malvada, y aquel hombre castellano tuvo su idea marcada, Las luces resplandeciendo, sobre la playa callada, las gentes estaban dentro como una noche embriagada. Sin poder pisar la calle, sin andar por esas noches, el hombre tuvo el detalle de hacer del miedo un derroche. Caminando a toda prisa, por la calle le vi andando, el mar soltaba esa brisa que quiere dejarte helado. Desde mi piso mirando las estrellas fascinantes, la pandemia iba triunfando de mil formas alarmantes. Aquel castellano viejo con un tabardo aldeano, iba sin ningún complejo con su visera en la mano. Ni guardias ni policías supieron de sus andadas, en esas noches tan frías se soñaban alboradas. Desde una torre lejana con el silencio nocturno un eco como campana le pidió seguir su turno. Aquel hombre marginado por la terrible pandemia, iba por la playa andando sin percibir la tragedia. Sin mascarilla ni nada, solo con la cruz a cuestas, quiso ver su encrucijada sin ser las extrañas fiestas. Calpe su sueño dorado, Calpe cargado de flores, en Calpe vio enamorado sus tan ansiados clamores. Calpe con playa preciosa en su bonito Arenal, su brisa busca la rosa de una manera formal. La otra playa llaman Fossa, nadie quiere allí enterrar, El Peñón es otra cosa que siempre vas a admirar. Aquel soñador de playa sin guardar la tranquilidad, debió saltarse la raya de la buena felicidad. Calpe tiene soñadores que se les puede encontrar, algunos son los señores que no saben dónde van. Las olas están pensando, donde está la claridad, la pandemia va marcando mucha falsa tranquilidad. Las noches tienen disloques, que a veces les causa el mar, son esos hombres con choques que pudieran naufragar. G X Cantalapiedra.
Eran las fechas de la pandemia malvada, y aquel hombre castellano tuvo su idea marcada, Las luces resplandeciendo, sobre la playa callada, las gentes estaban dentro como una noche embriagada. Sin poder pisar la calle, sin andar por esas noches, el hombre tuvo el detalle de hacer del miedo un derroche. Caminando a toda prisa, por la calle le vi andando, el mar soltaba esa brisa que quiere dejarte helado. Desde mi piso mirando las estrellas fascinantes, la pandemia iba triunfando de mil formas alarmantes. Aquel castellano viejo con un tabardo aldeano, iba sin ningún complejo con su visera en la mano. Ni guardias ni policías supieron de sus andadas, en esas noches tan frías se soñaban alboradas. Desde una torre lejana con el silencio nocturno un eco como campana le pidió seguir su turno. Aquel hombre marginado por la terrible pandemia, iba por la playa andando sin percibir la tragedia. Sin mascarilla ni nada, solo con la cruz a cuestas, quiso ver su encrucijada sin ser las extrañas fiestas. Calpe su sueño dorado, Calpe cargado de flores, en Calpe vio enamorado sus tan ansiados clamores. Calpe con playa preciosa en su bonito Arenal, su brisa busca la rosa de una manera formal. La otra playa llaman Fossa, nadie quiere allí enterrar, El Peñón es otra cosa que siempre vas a admirar. Aquel soñador de playa sin guardar la tranquilidad, debió saltarse la raya de la buena felicidad. Calpe tiene soñadores que se les puede encontrar, algunos son los señores que no saben dónde van. Las olas están pensando, donde está la claridad, la pandemia va marcando mucha falsa tranquilidad. Las noches tienen disloques, que a veces les causa el mar, son esos hombres con choques que pudieran naufragar. G X Cantalapiedra.