CALPE ENTRE LAS NUBES, EL VIENTO, LOS TURISTAS, Y LA GUERRA.
En esta Semana Santa que nos dejó ciertos fríos, el viento vino silbando y dejando escalofríos, Calpe lo va asimilando sin ver el tiempo perdido, la vida sigue pasando en este tiempo afligido. Semana de compromiso entre pasiones cristianas, este viento es el aviso de ver frías las mañanas. Las playas casi desiertas, las terrazas van mermadas, las procesiones abiertas no tienen puertas cerradas. Todos días esperando que salga el sol con más ganas, y nos vamos lamentando de ver serias las mañanas. Calpe mirando al Peñón como su ruta anhelada, esa es la buena razón de esta ciudad encantada. Los turistas no comprenden, viendo vientos castigando, los fríos que nunca venden dejan las calles dañando. Calpe tiene sus misterios, con lugares delicados, culturas de tiempos serios entre sueños marginados. Vamos notando los ecos de voces que van hablando, que nos parecen los flecos de gente que fue pasando. Esta ciudad levantina, cargada de luz e impacto, nos parece más divina cuando notamos su tacto. Nubes que vienen deprisa, algunas soltando rayos, el mar nos deja esa brisa que hace frío algunos mayos. Palmeras que guardan formas, árboles que son plantados, la mar nos marca las lomas de sus tiempos recordados. Ifach mirando sus playas con delirios sobre humanos, donde no se ven las rayas de los moros y cristianos. Esta ciudad levantina con sonidos delicados, nos parece ser más fina en los días más templados. Este abril vino con pena de una guerra de soldados, y nos fue dejando luto al ver pueblos destrozados. Calpe pensando en las madres de los sufridos soldados, que pasan muchos desmadres en los campos más minados. Enterrados bajo tierra, con un odio sobre humano, el dolor que allí se entierra hoy lo piensa el buen cristiano. G X Cantalapiedra.
En esta Semana Santa que nos dejó ciertos fríos, el viento vino silbando y dejando escalofríos, Calpe lo va asimilando sin ver el tiempo perdido, la vida sigue pasando en este tiempo afligido. Semana de compromiso entre pasiones cristianas, este viento es el aviso de ver frías las mañanas. Las playas casi desiertas, las terrazas van mermadas, las procesiones abiertas no tienen puertas cerradas. Todos días esperando que salga el sol con más ganas, y nos vamos lamentando de ver serias las mañanas. Calpe mirando al Peñón como su ruta anhelada, esa es la buena razón de esta ciudad encantada. Los turistas no comprenden, viendo vientos castigando, los fríos que nunca venden dejan las calles dañando. Calpe tiene sus misterios, con lugares delicados, culturas de tiempos serios entre sueños marginados. Vamos notando los ecos de voces que van hablando, que nos parecen los flecos de gente que fue pasando. Esta ciudad levantina, cargada de luz e impacto, nos parece más divina cuando notamos su tacto. Nubes que vienen deprisa, algunas soltando rayos, el mar nos deja esa brisa que hace frío algunos mayos. Palmeras que guardan formas, árboles que son plantados, la mar nos marca las lomas de sus tiempos recordados. Ifach mirando sus playas con delirios sobre humanos, donde no se ven las rayas de los moros y cristianos. Esta ciudad levantina con sonidos delicados, nos parece ser más fina en los días más templados. Este abril vino con pena de una guerra de soldados, y nos fue dejando luto al ver pueblos destrozados. Calpe pensando en las madres de los sufridos soldados, que pasan muchos desmadres en los campos más minados. Enterrados bajo tierra, con un odio sobre humano, el dolor que allí se entierra hoy lo piensa el buen cristiano. G X Cantalapiedra.