CALPE EN DÍAS DE VERANO
Corren las olas y el viento
por las costas levantinas,
para animar el aliento
de las gentes que andan finas.
Estas mañanas calientes
que nunca te desatinan,
ves caminando a las gentes
mientras miran sus colinas.
El sol viene calentando
por esas playas marchosas,
donde a veces vas notando
ciertas brisas vanidosas.
El mar le vamos mirando
sin poner ninguna pega,
la playa nos va dejando
un viento que se despliega.
No buscamos sombras raras
ni queremos ver fronteras,
soñamos con horas claras
sin querer buscar quimeras.
Andarines de las playas
que van pisando las olas,
ellos jamás ponen rayas
ni en las piedras del Rompeolas.
Sentir el Peñón delante
con sus piedras milenarias,
sin querer verle arrogante
ni en fechas extraordinarias.
Calpe se llena de embrujo
con sus misterios constantes,
mientras miramos su lujo
sin querer saber de amantes.
G X Cantalapiedra.
Corren las olas y el viento
por las costas levantinas,
para animar el aliento
de las gentes que andan finas.
Estas mañanas calientes
que nunca te desatinan,
ves caminando a las gentes
mientras miran sus colinas.
El sol viene calentando
por esas playas marchosas,
donde a veces vas notando
ciertas brisas vanidosas.
El mar le vamos mirando
sin poner ninguna pega,
la playa nos va dejando
un viento que se despliega.
No buscamos sombras raras
ni queremos ver fronteras,
soñamos con horas claras
sin querer buscar quimeras.
Andarines de las playas
que van pisando las olas,
ellos jamás ponen rayas
ni en las piedras del Rompeolas.
Sentir el Peñón delante
con sus piedras milenarias,
sin querer verle arrogante
ni en fechas extraordinarias.
Calpe se llena de embrujo
con sus misterios constantes,
mientras miramos su lujo
sin querer saber de amantes.
G X Cantalapiedra.