CALPE CONOCE LAS OLAS
Calpe conoce las olas
de ese Mar Mediterráneo,
que nunca navegan solas
ni ven su Puerto foráneo.
Palmeras que van bailando
entre sonidos constantes,
las olas llegan gritando
dejando brillos radiantes.
El mar nos deja sorpresas
en sus horas matinales,
mientras las olas regresan
de mil formas naturales.
Sentir las horas bramando
para dejarnos su fuerza,
en Calpe siguen pensando
que el viento siempre refuerza.
Olas que llegan nocturnas
con sus ruidos temerosos,
otras vemos importunas
entre vientos horrorosos.
Calpe mirando en la noche
esas olas despistadas,
que parecen ser reproche
de las pasiones guardadas.
Con la mirada en el cielo,
viendo El Peñón de testigo,
en Calpe siento consuelo
y enterrado algún amigo.
Las olas dejan sus huellas
sobre las arenas frías,
y si miras las estrellas
puedes notar alegrías.
Esas tardes glamurosas
donde abundan las razones,
ves las olas caprichosas
que nos dejan sensaciones.
G X Cantalapiedra.
Calpe conoce las olas
de ese Mar Mediterráneo,
que nunca navegan solas
ni ven su Puerto foráneo.
Palmeras que van bailando
entre sonidos constantes,
las olas llegan gritando
dejando brillos radiantes.
El mar nos deja sorpresas
en sus horas matinales,
mientras las olas regresan
de mil formas naturales.
Sentir las horas bramando
para dejarnos su fuerza,
en Calpe siguen pensando
que el viento siempre refuerza.
Olas que llegan nocturnas
con sus ruidos temerosos,
otras vemos importunas
entre vientos horrorosos.
Calpe mirando en la noche
esas olas despistadas,
que parecen ser reproche
de las pasiones guardadas.
Con la mirada en el cielo,
viendo El Peñón de testigo,
en Calpe siento consuelo
y enterrado algún amigo.
Las olas dejan sus huellas
sobre las arenas frías,
y si miras las estrellas
puedes notar alegrías.
Esas tardes glamurosas
donde abundan las razones,
ves las olas caprichosas
que nos dejan sensaciones.
G X Cantalapiedra.