DESDE CALPE SOÑANDO SER MARINERO
Desde niño fue soñando
con ser un buen marinero,
los años fueron marcando
su sueño de aventurero.
Entre tardes bien marcadas
con sus olas pasajeras,
fueron muchas las jornadas
que no fueron callejeras.
Mirando al mar se dormía,
desde su casa de Calpe,
en su corazón tenía
El Peñón como un escape.
Los barcos le parecían
ser pasajes del futuro,
sobre su almohada fluían
algún sueño que era oscuro.
Desde su infancia temprana
marchó divisando El Puerto,
era su vida muy sana
sin temer el desconcierto.
Las amarras le gritaban
aunque su ruido era incierto,
sobre su mente llegaban
sonidos de mar abierto.
Fueron pasando los años,
en aquel niño despierto,
y nunca quiso ver daños
de algún marino allí muerto.
Desde las Playas miraba
los barcos de mar adentro,
en sus ojos se notaba
que el mar ocupa su centro.
Calpe buscando las olas
entre sueños placenteros,
cuando se mira El Rompeolas
vives tiempos altaneros.
G X Cantalapiedra.
Desde niño fue soñando
con ser un buen marinero,
los años fueron marcando
su sueño de aventurero.
Entre tardes bien marcadas
con sus olas pasajeras,
fueron muchas las jornadas
que no fueron callejeras.
Mirando al mar se dormía,
desde su casa de Calpe,
en su corazón tenía
El Peñón como un escape.
Los barcos le parecían
ser pasajes del futuro,
sobre su almohada fluían
algún sueño que era oscuro.
Desde su infancia temprana
marchó divisando El Puerto,
era su vida muy sana
sin temer el desconcierto.
Las amarras le gritaban
aunque su ruido era incierto,
sobre su mente llegaban
sonidos de mar abierto.
Fueron pasando los años,
en aquel niño despierto,
y nunca quiso ver daños
de algún marino allí muerto.
Desde las Playas miraba
los barcos de mar adentro,
en sus ojos se notaba
que el mar ocupa su centro.
Calpe buscando las olas
entre sueños placenteros,
cuando se mira El Rompeolas
vives tiempos altaneros.
G X Cantalapiedra.