Obra cumbre de la cultura Ibérica realizada en
piedra caliza.
Se descubrió en el yacimiento arqueológico de La Alcudia en 1897, la adquirió el Louvre y la expuso hasta 1939. En 1941 volvió a
España y se expuso en el
Museo del Prado hasta el año 1971, fecha en la que se icorporó a la colección permanente del Museo Arqueológico Nacional en
Madrid.