En la madrugada del 29 de diciembre de 1370 vigilaba la costa ilicitana comprendida entre el
castillo de
Santa Pola y la
torre del Pinet, el guardacostas Francesc Cantó. En un momento determinado, el soldado, que realizaba la ronda montado a
caballo, vislumbró entre las
aguas del
mar un pequeño arcón que sin ningún tipo de propulsión se acercaba hacia la orilla arrastrada por las olas. Cantó recogió esta caja en forma de navecilla y, con asombro, descubrió escrita en su tapa la leyenda: "Sóc per a Elx". Y aunque el arca no presentaba cerradura visible, el soldado consiguió por fin abrirla. En su interior apareció la imagen de la
Virgen de la Asunción, la patrona d'Elx. A todo galope, Francesc Cantó corrió hacia la ciudad para anunciar la noticia. Enterado el Concejo ilicitano, ordenó publicar un bando para que todos los vecinos supiesen del hallazgo y se dispusiesen a recibir a la Virgen...