En 1335, el
castillo pasó a la Corona, quien lo vendió al infante Don Pedro; de este pasó a su hijo, el primer duque de Gandía, y a la muerte del último duque real de Gandía, a la
familia Cardona. Los Cardona llegaron a ser Almirantes de
Aragón; en 1543 Carlos I concedió a Sancho de Cardona para sí y sus sucesores perpetuamente el título de marqueses de
Guadalest.