Son muchas las veces que me he dirigido a todos mis paisanos, pero como no seran muchos los que aun sobrevivan, pues ya somos casi centenarios, nuevamente canto a mi
Novelda del alma y su Divina Patrona a la que venero, elevo mis plegarias para que sobreviva en mi el espiritu emergente que pese a la edad me mantiene ardoroso en cuanto a memorizar permanentemente la imagen de aquel
pueblo que yo dejé, de manera voluntaria, y del que ahora és. Más bonito, más progrsivo y más rutilante.
Una vez más
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