platos típicos caseros como el Blat Picat (Trigo picado), Espencat, Arroz al
horno, Arroz “caldós” con verduras y legumbres, así como, Camarón de
río con acelgas
Las
setas de chopo fritas con ajos y el maíz blanco tierno frito son algunas de las tapas que podemos degustar, sobre todo durante los meses de
verano.
Los embutidos, hechos aún de forma artesanal, como la pieza negra o la volteta de sobrasada son el que quedan de aquella
tradición de la
matanza del
cerdo.
La
repostería está presente a las
casas durante todo el año, con las tortas, los buñuelos, los pastelillos, etc. donde las mujeres y el horno del
pueblo son los protagonistas.
La gente del pueblo se reúne para almorzar. Por la tarde es
costumbre ir a merendara a la
rambla del río “la mona” (típica coca de pascua, que es dulce y lleva uno o varios huevos duros adornados) con la tradicional frase “Açí em pica, açí em cou, açí em menge la mona i açí el trenque l’ou“, rompiendo el huevo duro en la frente de la persona que tengas al lado.
En
Navidad se mantienen por las
calles los cantos del aguinaldo mientras el humo de las haces de espliego secas queman, poco a poco, al hacerlos girar los niños, dejando un olor muy agradable. Durante estos días tiene lugar la llegada del paje real, que recoge las cartas de los niños y niñas para entregarlas a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente que, el día 5 de enero por la
noche, repartirán todos los regalos
casa por casa con ayuda de sus pajes.
Cuenta la tradición que en L’Orxa hubo en el siglo XIX una fuerte epidemia de cólera y los músicos se encomendaron al
Cristo de la Sangre para que intercediera por ellos, y no murió ningún músico en esa epidemia. Es por este motivo que cada año, la semana antes de las
fiestas patronales, se celebra la festividad de la Sangre, donde la Unión Musical de L’Orxa organiza actos en honra al “Cristo de la Sang” como conciertos, encuentros con otras bandas de
música, etc., una misa cantada y una
procesión donde los jóvenes que acaban de incorporarse a la
banda son los festeros).