Formando parte del proyecto de construcción del templo, se encontraba el del
retablo del
altar mayor, que además de la parte destinada a la pintura debía poseer unas figuras escultóricas que rematarían el conjunto, unos ángeles en la parte central y
estatuas de Adán y Eva en las
esquinas. En cuanto a la pintura del retablo se realizó durante los años 1604 a 1607 siendo su autor Jerónimo Rodríguez de Espinosa, ayudado por Jaime Terol como decorador. Componían el conjunto total de nueve tablas, cinco de las cuales se encuentran en el
Museo Diocesano y desconociéndose el paradero de las restantes.