Es uno de los pocos
relojes de Cansedo que sigue en funcionamiento con su sistema original y el remonte manual de las pesas, es decir, que hay que darle cuerda cada 24 horas, gracias a la dedicación de varios vecinos del
pueblo a lo largo de su histiria.
En noviembre de 2013 fue restaurado parte de su mecanismo para hacer posible que siga marcando el tiempo muchos años más.