Sus orígenes se remontan a la cultura íbera, como atestiguan los restos hallados en su territorio. A lo largo de su
historia,
Polop ha destacado por la posición estratégica como enclave
militar gracias al
castillo que coronaba el cerro. En 928 el castillo pertenecía al jeque Mohamed Abderraman Alastami, que se sublevó contra Abderraman III, apoderándose de
Alicante. Consiguió el perdón de Abderramán, pero nuevamente haciéndose fuerte en el castillo de Alicante, se sublevó, y fue derrotado por sus hermanos de raza, que lo llevaron prisionero con toda su
familia a
Córdoba.