En 1520, los moriscos que habitaban la villa, ante el asedio de los agermanados, dirigidos por el capitán Viçent Peris, se refugiaron en el
castillo, muriendo muchos de ellos en manos de los insurrectos al finalizar la revuelta. El decreto de expulsión de 1609 provocó un notable vacío demográfico al perder más de dos tercios de su población. En el siglo xvii se contabilizaron 91
casas (contando las de las alquerías de
La Nucía y Xirles) que en 1713 ascendían a 154. El censo de Floridablanca (1787) asigna a la población 1851 habitantes que un siglo más tarde habían quedado reducidos a 1793. La pérdida de población continúa hasta el año 60 del siglo xx en que se censaron 1286 habitantes. A partir de esa fecha se inicia una paulatina recuperación que ha llevado a los 3869 habitantes del censo de 2007.