En esta zona marismeña se venía extrayendo sal desde tiempo inmemorial, pero las grandes explotaciones que hoy dominan su
paisaje empezaron a gestarse a finales del siglo XIX (700 hectáreas en el Braç del Port) y se ampliaron a comienzos del siglo XX.
Santa Pola disfruta de un suave clima mediterráneo árido, con una media de 14°C en enero y de 26º en agosto, que es ideal para el turismo. Las
lluvias, no obstante, son muy escasas, no superando los 240 mm anuales.