Por último, hay autores que señalan que el verdadero origen del topónimo pueda encontrarse en el latín palus ("humedal"), que por metátesis pasaría a pauls y de ahí a pol; esta hipótesis tiene sentido, pero deja sin explicación el añadido del '
Santa', y faltaría además documentar el hipotético uso local continuado de esta palabra durante muchos siglos.