Oh, crepúsculo matutino!
Hora de soledad y de melancolía,
en que casi es de noche y casi no es de día.
Hora para que vuelva todo lo que se fue y de pensar lo que debes hacer.
Y es tan dulce buscar lo que no se ha perdido, mientras mantienes la ilusión de lo vivido.
Porque todo empieza a morir cuando nace el olvido.