Durante el siglo xvi,
Villajoyosa tuvo un papel importante en la defensa de la costa alicantina frente a los numerosos y considerables ataques piratas berberiscos. Por esta razón, el rey Felipe II ordenó proyectar y llevar a cabo unas nuevas
murallas, acabadas a mediados de siglo, que, ocultando las anteriores, son las que se encuentran hoy en día en pie. Como parte del mismo sistema defensivo se erigieron
torres vigía costeras y numerosas torres de
huerta, adosadas a masías rurales. Las obras de la
iglesia-fortaleza de la Asunción, de estilo
gótico levantino, se finalizaron por estas mismas fechas. El fin de los ataques corsarios, a finales del siglo xvii, permitió un relajamiento defensivo y un crecimiento urbano fuera de las murallas.