En la Edad Media el lugar se encontraba despoblado, aunque con alguna alquería dispersa por su término municipal como la del
Torres, citada en el Llibre dels Fets de Jaime I. Su fundación como ciudad cristiana, con el nombre de La Vila Joiosa (que en valenciano significa Villa Alegre), se produjo en el año 1300 por Bernardo de Sarriá, el almirante de Jaime II de
Aragón, con una finalidad estratégica de controlar el litoral de los ataques marítimos musulmanes. En 1321, el lugar pasó al infante Pedro, duque de Ribagorza; distintas
familias nobiliarias se sucedieron en la posesión de la ciudad, que en 1443 obtuvo el codiciado privilegio de pasar a ser villa real.