Con la conquista cristiana en el siglo XIII, la comarca de la Vila se convierte en territorio de frontera del Reino de
Valencia. Por ello, Bernat de Sarriá, almirante del rey Jaume II el Just y procurador del Reino de
Murcia (entre 1296 y 1304, parte de la Corona de
Aragón), funda en Murcia en 1300, tras
comprar estas tierras a la Orden de Santiago en 1293, la ciudad
medieval de La Vila y la repuebla con catalanes y aragoneses. Esta “vila nova” recibió el nombre de "Vila Joiosa", “villa alegre”, un nombre de connotaciones elogiosas con el fin de atraer pobladores. Sin embargo, una sentencia de 1311, que declaró ilegal la
compra, obliga al mismo Sarrià a devolverlas tierras a sus antiguos propietarios.