Lloret recibió sus primeras lecciones educativas en el
barrio del Poble Nou, en la
casa del maestro Agustín Galiana, a quien pagaba cuarenta céntimos semanales. En su libro recuerda, con añoranza, las meriendas a base de boniato rostit (asado) o dulces dátiles de la
calle del datiler, así como la venta de leche que, todas las mañanas, realizaba el cabrero en la
puerta de cada casa, directamente de la ubre al jarrón. Pero al querer recordar su más temprana memoria describe cómo, en el año 1916, unos hombres desmontaban el
Teatro Circo, ubicado en la
playa. El mismo año se inauguró el
Salón Moderno, donde Lloret vio sus primeras películas de
cine mudo, amenizadas por un piano; tres años más tarde, este sería reemplazado por el Teatro Olimpia.