ESTE HOSPITAL ES UNA RUINA.
Hace diez días, el problema fue el aire acondicionado. La rotura simultánea de las tres máquinas de refrigeración dejó a todo el edificio sin servicio en pleno mes de agosto. La respuesta de Sanidad fue instalar dos refrigeradores de alquiler mientras se compran los nuevos. Pero esta solución provisional tampoco ha funcionado como se creía y sigue habiendo muchas zonas en las que usuarios y profesionales, literalmente, se asan de calor.
Tres décadas y el doble de población
El Hospital de la Marina Baixa fue inaugurado en julio de 1986 y proyectado para atender a una población real de 100.000 personas. Más de tres décadas después y tras duplicarse los residentes de derecho, el centro se ha quedado a la cola en todos los aspectos, a excepción de la entrega del personal que allí trabaja. Por ejemplo, es el único que no tiene resonancia magnética, el último donde se implantó la epidural 24 horas... La falta de aparcamiento es ya un problema endémico, con coches que llenan las cunetas de los acceso o los bancales de alrededor.
Además, es el único de la provincia en el que la Generalitat apenas ha invertido desde hace lustros ni un euro –o sólo en obras contadas–, con el pretexto, primero, de que construiría un nuevo hospital y, después, de que ampliaría el actual; primero el Partido Popular y, después, PSOE y Compromís.
Lo cierto a día de hoy es que sigue sin haberse hecho nada. Pese a que hay presupuestados más de 12 millones para la obra, Sanidad no tiene ni siquiera redactados los proyectos básico y de ejecución. Los plazos de la Administración hacen inviable que esta promesa sea una realidad, al menos, hasta 2021. Y mientras, el viejo Hospital se cae a pedazos.
Venga todos a la PRIVADA por si acaso.
Hace diez días, el problema fue el aire acondicionado. La rotura simultánea de las tres máquinas de refrigeración dejó a todo el edificio sin servicio en pleno mes de agosto. La respuesta de Sanidad fue instalar dos refrigeradores de alquiler mientras se compran los nuevos. Pero esta solución provisional tampoco ha funcionado como se creía y sigue habiendo muchas zonas en las que usuarios y profesionales, literalmente, se asan de calor.
Tres décadas y el doble de población
El Hospital de la Marina Baixa fue inaugurado en julio de 1986 y proyectado para atender a una población real de 100.000 personas. Más de tres décadas después y tras duplicarse los residentes de derecho, el centro se ha quedado a la cola en todos los aspectos, a excepción de la entrega del personal que allí trabaja. Por ejemplo, es el único que no tiene resonancia magnética, el último donde se implantó la epidural 24 horas... La falta de aparcamiento es ya un problema endémico, con coches que llenan las cunetas de los acceso o los bancales de alrededor.
Además, es el único de la provincia en el que la Generalitat apenas ha invertido desde hace lustros ni un euro –o sólo en obras contadas–, con el pretexto, primero, de que construiría un nuevo hospital y, después, de que ampliaría el actual; primero el Partido Popular y, después, PSOE y Compromís.
Lo cierto a día de hoy es que sigue sin haberse hecho nada. Pese a que hay presupuestados más de 12 millones para la obra, Sanidad no tiene ni siquiera redactados los proyectos básico y de ejecución. Los plazos de la Administración hacen inviable que esta promesa sea una realidad, al menos, hasta 2021. Y mientras, el viejo Hospital se cae a pedazos.
Venga todos a la PRIVADA por si acaso.