De origen árabe, su nombre significa
fuente, fue conquistada por Jaime I en 1239 que mantuvo a la población musulmana, bajo la jurisdicción del cadí de
Eslida según consta en la carta puebla de 1242, habitaron estas tierras en paz y concordia, conservando sus
tradiciones y formas de vida hasta el principio del siglo XVI, cuando se les impuso el
bautizo bajo pena de muerte o destierro. Después de pertenecer a la Baronía de Jérica (hasta el año 1369) y al Ducado de Segorbe, en el siglo XVI pasó a ser propiedad real. En 1526, al tratar de imponerles el bautizo los moriscos de Ahín se sumaron a la sublevación de la
Sierra de Espadán, y amparándose al
refugio natural de estas escarpadas
montañas presentaron una tenaz resistencia, hasta que la revuelta fue sofocada por las tropas de Gaspar de Montsoriu. La ocupación de
Aín impidió, dada su situación estratégica, que se extendiera la rebelión. Cuando, en 1609, se decreta la expulsión de los moriscos los de Ahín se refugiaron nuevamente en la Sierra de Espadán, pero finalmente fueron rendidos y exiliados. Según Sanchis Guarner, a principio de los años sesenta Aín contaba con 298 vecinos, cifra que descendió a 131 en 1994.