Los primeros núcleos que se establecieron fueron
romanos, de los que hoy en día quedan restos pero fueron los árabes quienes crearon el actual emplazamiento, tras la conquista perteneció a los condes de Ripalda y al Ducado de Medinaceli.
Al ser lugar de moriscos, su demografía se vio seriamente afectada por la expulsión de éstos, ya que se redujo su población a la mitad entre 1602 y 1646. Sin embargo, el crecimiento demográfico fue muy importante durante el siglo XIX, época en que se intentó explotar los yacimientos de mercurio y cobalto existentes en su término municipal. Así, mientras que en 1795 su población era de 180 habitantes, en 1900 alcanzaba la cifra de 943.
Durante el siglo XX, la zona mantuvo una importancia relevante en la contienda de la Guerra Civil española, siendo el último reducto del Frente del Ebro en el que el
Ejército Republicano cedió ante los Nacionales.