Son notables las
estaciones prehistóricas de su término y los numerosos hallazgos ibéricos. Se tiene noticia de un poblado sumergido en el
mar, junto a la
Torre de la Sal y es famosa la estela ibérica hallada en 1913 en El Polido. De la época
romana se han hallado en las inmediaciones de la población varios fragmentos de lápidas, estudiadas en 1789 por el príncipe Pío de Saboya, y son numerosos los hallazgos de
cerámica y monedas
romanas en el "Plà de l'Arc", extensa llanura de 24 kilómetros cuadrados que toma el nombre del famoso
arco que está en su centro.
Siglo XVI era notoria la pujanza de la villa de
Cabanes en contraste con estas poblaciones limítrofes, por cuyo motivo Albalat y Miravet, con sus respectivos términos, se unieron a Cabanes en un acto solemne, ante el notario Pedro Soler, celebrado en la
Casa de la Sal, el día 5 de julio de 1575.
Germana de Foix le concedió el derecho de celebrar una
feria de 10 días durante el mes de noviembre.
Cabanes se mantuvo en el señorío del obispado de Tortosa hasta finales del siglo XIX.
Hoy en día Albalat y Miravet, están en
ruinas, pero su
historia está muy presente entre las gentes de la comarca. En Albalat perdura la antigua
iglesia y fortaleza de
Santa María de la Asunción, del siglo XIV y en Miravet puede contemplarse la torre del
homenaje, sus recintos y la pequeña iglesia de
San Martín y San Bartolomé.
Aunque parece ser que Cabanes fue fundada en la época romana como una mansión de la
Vía Augusta - hoy "Camí dels Romans"- con el nombre de Ildum, la población actual nació en 1243 como unos de los
pueblos del distrito foral de Miravet. Su pujanza en todos los órdenes hizo que en 1575 se le anexionasen a su término los de los antiguos
castillos de Albalat (La Ribera) y Miravet, motivo por el que adoptó entonces como
escudo un
castillo con tres
torres.
En 1178 el rey Alfonso II de
Aragón había prometido a la
catedral de Tortosa varias donaciones en este territorio para cuando se conquistase a los musulmanes, pero es en el reinado de Jaime I cuando se consolida la conquista y la plena confirmación de estas donaciones para interesar al Obispo y Cabildo de Tortosa en la conquista definitiva del territorio y agradecerles la ayuda prestada. Así pues, el 27 de abril de 1224, estando el Rey en
Huesca confirma las donaciones de diversos castillos, y en la misma fecha, un año después (27 de abril de 1225), desde Tortosa otorga al obispo Poncio de Torrella dos nuevos documentos de donación de los castillos de Miravet, Sufera y Fadrell, cuyos términos fija, donación que vuelve a confirmar el 3 de septiembre de 1225 al mismo Don Poncio durante el infructuoso asedio de Peñíscola para agradecerle nuevamente la ayuda que en el cerco le presta el prelado tortosino.
Tras la rendición de Burriana, en 1233 tuvo como consecuencia que cayeran a finales del mismo
verano los castillos de Borriol,
Cuevas de Vinromá, Villafamés y Alcalatén, por lo que supone que en estas mismas fechas se rendirían también Miravet y Sufera. Posiblemente Miravet, si atendemos a su etimología, debió ser un
monasterio de monjes guerreros musulmanes dedicados a la guerra santa, y seguramente Sufera (cuyo significado es peñasco) parece ser el enigmático Azafuz citado en un documento de Pedro I del año 1100 y como tal entidad, quedó absorbido por el vecino y prepotente Miravet después de la conquista.
Una vez conquistados Miravet y Sufera se produce la repoblación de cristianos todo el territorio. Cabanes se pobló en 1243.
En marzo de 1245, Berenguer de Trago y Guillermo Berdén, árbitros nombrados por el obispo Poncio y el maestre del Temple, delimitaban los términos de los castillos de Chivert, Miravet y Orpesa, en 1262 se dirimen las cuestiones que tenían el maestre de la Orden del Temple y el Obispo y Cabildo de Tortosa sobre la propiedad de los términos del castillo de Miravet y Sufera.
HISTORIA. Es esta pobl. conocidamente romana, debiendo citarse en ella no solo el famoso arco, sino que también la
columna miliaria que nombra Cavanilles, indicio cierto de haber pasado por allí la calzada que iba en derechura á Inda. De la lápida miliaria que se halla sobre este
camino romano cerca de las Cuevas, se han copiado las letras V. C. M. L. X. X., y estas millas, que de Marza hasta
Valencia, son puntualmente las mismas que el itinerario atribuido a Antonino, cuenta esta c. desde Ildum, por cuyo indicio se puede reducir á Cabanes aquella c. ant. El señor Cortés, en su Diccionario, apoya esta correspondencia con cierta sinonimia que encuentra en los nombres. Otra lápida miliaria que había, fué destruida por los labradores para hacer
piedras de amolar. Sin embargo de la conjetura que hemos dicho deducir el señor Cortés de los nombres, se asegura llamarse esta v. Cabanes por Cabañas: tal vez destruida la ant. Ildum, empezará a repoblarse lentamente con el establecimiento de algunas cabañas, y ser exacto este concepto, aunque nada consta, y todas las memorias de la actual pobl. la presentan siendo v.
Desde San Mateo se dirigió a Cabanes Don Carlos con su
ejército expedicionario, mientras
Cabrera con 3,000 hombres, se aproximó hasta las inmediaciones de
Castellón. Desde Cabanes escribió Cabrera el 24 de octubre de 1838 al gobernador de Peñíscola, que le entregase esta
plaza, haciéndole grandes ofertas, más el gobernador le contestó como debía.
* Diccionario Geográfico – Estadístico - Histórico de
España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz, 1848.