El Universo no nos juzga, sólo nos provee de consecuencias, de lecciones, de oportunidades para equilibrarnos y aprender a través de la Ley de la causa y el efecto.
La Compasión nace del reconocimiento de que cada uno de nosotros lo estamos haciendo tan bien como podemos dentro de los límites de nuestras creencias y capacidades actuales.
Que yo alimente a los hambrientos, perdone un insulto y ame al enemigo, son grandes virtudes; pero si tuviera que descubrir que los más pobres entre los mendigos
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