MORELLA

Habitantes: 2.797  Altitud: 984 m.  Gentilicio: Morellanos 
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Situación:

Situada al norte de la provincia de Castellón, limítrofe con las de Teruel y Tarragona, es la capital de la comarca de Los Puertos de Morella, en pleno Maestrazgo. Aparece ante los ojos del visitante rodeada del encanto que le transmiten sus murallas centenarias y coronada por su robusto castillo, a más de mil metros de altitud y con accesos a través de los puertos de montaña de Torre Miró (1.259 m.) y Querol (1.020 m.).
Su término municipal tiene 383,54 km², el tercero en extensión de la Comunidad Valenciana.
El relieve abrupto y montañoso de la comarca de Los Puertos de Morella siembra el camino para llegar a Morella atravesando barrancos, bosques de pinos, carrascas, robles, ramblas y muelas.
Su clima es mediterráneo de alta montaña, con veranos frescos e inviernos muy fríos, con heladas frecuentes y abundantes nevadas. Durante los meses más centrales del invierno, el fuerte viento de mistral (NO), que frecuentemente sopla en esta zona, provoca que la sensación térmica descienda en numerosas ocasiones a -20°C.

Ayuntamiento:

Calle Segura Barreda, 28. Teléfono => 964 16-00-34.

Oficina de Tursimo en Plaza San Miguel, s/n. Teléfono => 964 - 17-30-32.

Monumentos:

Morella tiene en su interior una autentica joya arquitectónica:
La Basílica Arciprestal de Santa María La Mayor, edificio gótico de los siglos XIII y XIV, es un hito obligado para los amantes del arte. Reúne en una misma fachada la Puerta de los Apóstoles y la de las Vírgenes.
En su interior y en la parte posterior del coro, se puede ver esculpido en forma de friso el Pórtico de la Gloria. El altar mayor, de estilo barroco, un magnífico órgano de Francesc Turull en pleno funcionamiento y el único coro circular existente en España, también de estilo gótico, que se encuentra sobre-elevado en el centro de la nave principal al cual se accede por una escalera de caracol de increíble belleza.
El Convento de San Francisco. Lo más significativo del conjunto es la sala Capitular donde hay una pintura al fresco, en la que se representa la Danza de la Muerte del siglo XV. La iglesia del convento data del siglo XIV, y fue recubierta de estilo neoclásico en 1800. Hoy se puede apreciar el estilo gótico original.
La Iglesia de San Nicolás, de estilo románico tardío, es ahora sala de exposiciones.

Entre los monumentos civiles, se destacan los siguientes:
El Castillo, construido en lo alto de la roca. Consta de la plaza de armas, el palacio del gobernador, el Aljibe, la torre de la Pardala, retretas al vuelo por donde entraron en 1838 los carlistas, prisión de Cacho, restos de palacios reales, torres de Homenaje, y pabellones oficiales, por donde han pasado diferentes formas de civilización y culturas.
Las Murallas Medievales. Cabe destacar sus puertas de la Nevera, San Miguel, Morella, San Mateo, el Trinquet, Forcall, la Redonda, del Rey y de los Estudios, y las torres del Péblico.
El Acueducto de Santa Lucía. Se trata de una obra considerable de la ingeniería civil gótica del siglo XIV, por el que llegaban las aguas de las fuentes de "Vinatxos" y del "Aljub" hacia la "Font Vella" de Morella.
El Ayuntamiento, edificio gótico de los siglos XIV y XV.
Casas Solariegas. Son muchas las casas solariegas que se conservan en Morella. La del cardenal Ram (al final de la calle Blasco de Alagón), del siglo XVI, es actualmente un hotel. La Casa de la Cofradía de Labradores (en la calle de la Cofradía). La Casa de los Estudios y del Consell (junto a la plaza de los Estudios), la Casa de Ciurana de Quadres (en la cuesta de San Juan), la Casa de Rovira (en la calle de la Virgen) y la Casa del Marqués de Cruilles son sólo unos ejemplos más.

Fiestas:

San Julián, patrón de la ciudad (7 enero).
San Antonio (fin de semana posterior al 17 de enero).
Carnaval
Ciclo de rollos y primas (del 25 abril al 10 de julio).
Rogativa al Santuario de Vallivana (primer fin de semana de mayo).
Corpus Christi.
San Juan (sábado más próximo al 24 de junio).
Bous de Sant Roc (agosto).
Feria agrícola y ganadera (segundo fin de semana de septiembre).
El año 1672 sufrió Morella los estragos de una epidemia que los documentos de la época denominan fiebres malignas. Desde entonces se celebran en Morella las famosas Fiestas Sexenales, en conmemoración de la decisión tomada el 14 de febrero de 1673 de celebrar una novena cada seis años en acción de gracias por la salvadora intercesión de la Virgen de Vallivana.
Durante el Sexenio, cada día un gremio (torneros, tejedores, labradores, artes y oficios, peregrinos, gitanetes) realiza su danza.
La próxima será en agosto del año 2012.
El Anuncio: se celebra el año anterior al Sexenio, y precisamente anuncia la celebración de éste.

Historia:

Encaramada espectacularmente en la ladera de una montaña, la ciudad amurallada de Morella, la antigua Castra Aelia de los romanos y feudo del carlismo en tiempos del general Cabrera, señorea el paisaje del Alto Maestrazgo. Morella puede exhibir una historia tan antigua como ilustre.
En su comarca se han encontrado numerosos e interesantes restos arqueológicos y todavía se conservan las pinturas rupestres de Morella la Vella que atestiguan la presencia del hombre prehistórico por estas tierras. En Les Solanes fueron halladas alrededor de una veintena de sepulturas de la Edad de Bronce e hipogeos en Hostal Nou, reliquias prehistóricas que fueron lamentablemente destruidas. Morella fue uno de los primeros pueblos asentados en tierras españolas, ya que se considera que su fundación data del período eneolítico, que se sitúa entre el año 2.500 a. C. y el 200 a. C. Con la llegada de los celtas se estableció en el actual emplazamiento de Morella la tribu de los beribraces o brigaces.
De la estancia de los griegos por la comarca da fe, como inestimable testimonio, el denominado Tesoro de Morella, cuyas valiosas monedas se han perdido, y entre las que destacaban las procedentes de Creta, Taras y Magna Grecia. Los cartagineses no lograron someter a los ilercavones (pueblos prerromanos). Aníbal pactó con ellos y los convirtió en aliados suyos.
Mandonio, régulo de Mandonia (Morella), participó en las guerras púnicas y los ilercavones lucharon unas veces al lado de los cartagineses y otras a favor de los romanos, siempre en defensa de su ideal de independencia.
Tras la muerte del general Quinto Sertorio, que se había rebelado contra el poder de Roma, toda la comarca pasó a depender de los romanos, por lo que Morella fue profundamente romanizada y sus habitantes siguieron las costumbres y aceptaron las leyes romanas. La ciudad adquirió el título de municipio romano y se integró en la provincia Tarraconense.
El paso de los visigodos por Morella dejó escasas huellas históricas. No obstante, se considera que las iglesias de San Nicolás de Morella y de San Pedro de Castellfort son de origen visigótico por lo que respecta a su fundación. Los vándalos tomaron Morella a sangre y fuego y la ocuparon durante unos tres años, abandonándola el año 411. Los visigodos mandados por Ataúlfo conquistaron la Tarraconense el año 414, pero Morella, mediante un pacto, quedó dependiendo de Roma hasta que Eurico se adueñó totalmente de la provincia en el año 476.
Durante la invasión árabe, fue ocupada por los bereberes el año 714. Más tarde, la ciudad pasaría a depender del rey árabe de Tortosa. Por esta época aparece vinculado a Morella el nombre del Cid que, al parecer, fue quien reconstruyó su castillo.
En las inmediaciones de Morella se desarrolló una famosa batalla durante la dominación musulmana, de la que fue principal protagonista Rodrigo Díaz de Vivar, contra el que unieron sus fuerzas el rey moro de Tortosa y el rey cristiano Sancho Ramírez de Aragón. El Cid les presentó batalla al pie de Morella el 14 de agosto de 1084, en el llamado Pla del Rei, derrotando a sus oponentes, haciendo prisioneros a 2.000 mesnaderos y a numerosos nobles cristianos y jeques árabes.
El año 1117, Alfonso I el Batallador reconquistó Morella por primera vez para los cristianos. Pero la ciudad volvió a poder de los musulmanes, y el conde Ramón Berenguer intentó apoderarse de ella el año 1157, tras la conquista de Alcañiz, aunque no lo consiguió. Había de ser Jaime I el Conquistador quien, el año 1232, expulsase definitivamente a los árabes.
Las fuerzas cristianas que reconquistaron Morella estuvieron dirigidas por don Blasco de Alagón -conocido por el sobrenombre de El Mayor-, que fue señor feudal de la ciudad, la cual, a su muerte, pasó a depender directamente del poder real. Don Blasco publicó el 16 de abril de 1233 la primera carta-puebla de Morella, que concedía a sus habitantes los fueros de Sepúlveda y Extremadura. Posteriormente, el rey don Jaime suprimió el feudo y anuló la carta-puebla, dictando otra el 16 de febrero de 1249. Jaime I se comportó generosamente con los morellanos y les otorgó el honroso privilegio de la fidelidad.
Durante la Guerra de Sucesión, Morella tomó partido por Felipe V. Los partidarios del Archiduque Carlos, al mando de Mut de Valjunquera, intentaron entrar en Morella, pero fueron derrotados en la sierra de San Marcos. Morella tuvo que rendirse, al fin, el 3 de febrero a las fuerzas de Felipe V que la sitiaban. Bajo el reinado de este monarca, Morella se convirtió en capital de Gobernación Militar y Política.
En 1808 se sumó al patriótico levantamiento contra Napoleón; como en muchos lugares fueron las clases populares las que se enfrentaron con las tropas invasoras. Por fin, en octubre de 1813 las fuerzas españolas, mandadas por el general Elío, consiguieron reconquistarla.
En los años del reinado de Fernando VII, Morella se vio envuelta en constantes convulsiones políticas, enfrentándose abierta y enconadamente los partidarios de la Constitución de 1812 y los partidarios del absolutismo, denominados realistas.
Los enfrentamientos culminaron el 5 de junio de 1822, cuando un grupo de absolutistas hicieron que la guarnición de Morella se rindiese, haciéndoles creer que contaban con fuerzas muy numerosas. Doce días más tarde las tropas gubernamentales recuperaron la ciudad. No obstante, un año después los absolutistas volvieron a ocupar la población.
Al morir Fernando VII en 1833 y encenderse la cruel Guerra Carlista entre los partidarios del hermano del rey fallecido, don Carlos, y los de la reina madre María Cristina, de nuevo volvió a ser escenario de cruentas luchas y avatares sin cuento. Morella fue conquistada por el ejército de Ramón Cabrera el 26 de enero de 1838, defendida victoriosamente ante el ataque de las cinco divisiones del general Oraá en verano del mismo año, y convertida en la capital carlista del territorio controlado por Cabrera hasta 1840. Cuando la tercera guerra carlista terminó, Morella se dedicó durante años a restañar los daños experimentados en la contienda.

Turismo:

En los alrededores de Morella encontramos un acueducto muy bien conservado, tierras de cultivo en bancales que trepan por las montañas, algunos de ellos ocupados por olivos centenarios de impresionantes troncos. Este tipo de olivar es muy abundante en la Nacional 232 que une Morella con Vinarós, concretamente en la vertiente Este del puerto, en su orientación hacia la costa.
Los amigos de las alturas podrán subir por encima de los mil metros a la Mola dels Fusters, la Mola del Moixacre, el Turmeli, el Regaxolet, el Bovalar, el Port de Torre Miró, la Nevera de Catí o el Tossal de Xivalcolla.
Cuevas prehistóricas de Morella La Vella.
Ríos Bergantes y Cérvol. Los ríos Bergantes y Cérvol riegan la comarca, formando bellos parajes de rocas, agua y agreste contextura. Todas las demás cuencas fluviales de Els Ports son barrancos y ramblas, como las de Vallivana y Celumbres, que hacen de este un paisaje áspero y accidentado.