El Universo no nos juzga, sólo nos provee de consecuencias, de lecciones, de oportunidades para equilibrarnos y aprender a través de la Ley de la causa y el efecto.
La Compasión nace del reconocimiento de que cada uno de nosotros lo estamos haciendo tan bien como podemos dentro de los límites de nuestras creencias y capacidades actuales.
Que yo alimente a los hambrientos, perdone un insulto y ame al enemigo, son grandes virtudes; pero si tuviera que descubrir que los más pobres entre los mendigos y el más imprudente entre los ofensores están todos dentro de mí, y que yo sobrevivo necesitando las limosnas de mi propia caridad; que yo mismo soy el enemigo que tiene que ser amado – ¿Entonces qué.
La Compasión nace del reconocimiento de que cada uno de nosotros lo estamos haciendo tan bien como podemos dentro de los límites de nuestras creencias y capacidades actuales.
Que yo alimente a los hambrientos, perdone un insulto y ame al enemigo, son grandes virtudes; pero si tuviera que descubrir que los más pobres entre los mendigos y el más imprudente entre los ofensores están todos dentro de mí, y que yo sobrevivo necesitando las limosnas de mi propia caridad; que yo mismo soy el enemigo que tiene que ser amado – ¿Entonces qué.