Tengamos también en cuenta que la
cerámica ha sido, en la
historia antigua y
medieval, un elemento esencial a la hora de datar y fechar periodos históricos; por ejemplo, gracias a las
cerámicas encontradas en los distintos estratos de la ciudad de Jericó se han podido reconstruir las distintas etapas y edificaciones de esta, y también llegar al establecimiento de una cronología para todo el Oriente Próximo.