Dos amigos conversando sobre sus esposas, uno dice:
En mi casa siempre yo grito más fuerte que mi mujer. Cuando ella me grita: ¡Ven a cocinar!, yo le grito: ¡Estoy planchando! ¡Y después voy a lavar la ropa!
¡Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción!
François Mauriac
No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad. San Agustín