Otros usos y curiosidades
Como hemos dicho, el hombre se ha valido del saúco desde la edad de
piedra, como alimento, medicina, en ritos religiosos y mágicos, como planta de
jardín, para fabricar silbatos valiéndose de su madera hueca, etc.
Las hojas quemadas se han empleado como insecticida y la infusión de las hojas se empleó como repelente de mosquitos y, rociada sobre las plantas, para protegerlas de pulgones y orugas.
La madera de saúco es frágil y ligera, no es un buen combustible.