Doña Tecla ha cumplido 85 años de edad y es la organista más experimentada del
pueblo. Con motivo de su cumpleaños, el párroco la visita para felicitarla. De sólo llegar a
casa de doña Tecla, el padre Manuel observa que encima del
órgano, ese instrumento musical formidable, hay una jarra de
agua en la que flota un condón. No se atreve a preguntar nada porque sabe que doña Tecla es una anciana venerable y muy católica. Pero cuando han hablado durante casi una hora de rosarios, padres nuestros y
música ... (ver texto completo)