Bajo tu amparo, Señor,
pongo mis hijos queridos,
Tú serás el protector
de estos ángeles dormidos
que ídolos son de mi amor.
Entrego a tu Providencia
los hijos de mis entrañas.
¡Cuídame de su existencia!
Tú que me los acompañas
en su sueño de inocencia!
Y si consientes que un día
queden sin padre y sin madre
en su amor mi fe confía,
¡dales por Madre a María
y sé Tú su amante padre!.
Un Marciano llegó a la Tierra y al primer Terrícola que encontró fue a un Ñato, le dijeron: Nosotros venimos de Marte. Y él les dijo: De marte de Quién?. QUE BONITAS ROSAS, Rosas. Buen viaje