Yo no cambio por nadie, mejoro por quien lo merece Suerte, es la palabra que usa Dios cuando quiere permanecer anónimo. Un borracho en una cantina pide una botella de ron. Después de media hora pide media botella. 15 minutos después pide sólo una copa de ron y antes de tomársela, mira al cantinero y le dice: - Esto sí es raro. Entre menos tomo, más borracho me siento. El borracho a la cerveza?
Rubia, por ti pierdo la cabeza. Los favores rebotan.
Doménico Cieri Estrada
Lo malo es que la generosidad también puede ser un buen negocio.