Las despedidas producen una estraña sensación, hay en ellas algo de envidia, los hombres se van para poner a prueba su valor y si algo se pone a prueba es nuestra paciencia al prescindir de ellos o tal vez por lo bien que soportamos la soledad. Pero eso lo he sabido siempre, no hacía falta una guerra. Pichurrín te devuelvo la foto de compromiso, ya no la quiero, me he buscado a otro. Tu fuerza interior y tus convicciones no tienen edad. -Madre Teresa de Calcuta