El viejo pastor:
Estaba triste la pastora un día:
Añoraba las cosas de su aldea,
los trigales semejaban la marea,
oscilantes bajaban y subían.
Las amayas en prados ya nacían,
las abejas por flores se pasean.
La pastora con recuerdos fantasea
y muy brillante el sol se sonreía.
¡No estés triste, zagala!; poderosa
disfrutas de la calma más preciosa,
eres la dueña de este cielo y suelo.
Eres dueña del viento y las estrellas
y duermes sobre sábanas muy bellas,
el prado que parece terciopelo.
Noemí.
Estaba triste la pastora un día:
Añoraba las cosas de su aldea,
los trigales semejaban la marea,
oscilantes bajaban y subían.
Las amayas en prados ya nacían,
las abejas por flores se pasean.
La pastora con recuerdos fantasea
y muy brillante el sol se sonreía.
¡No estés triste, zagala!; poderosa
disfrutas de la calma más preciosa,
eres la dueña de este cielo y suelo.
Eres dueña del viento y las estrellas
y duermes sobre sábanas muy bellas,
el prado que parece terciopelo.
Noemí.