por Francisco José Dávila
Prefiero llamarla "la mar" porque es bella, ondulante, misteriosa, insinuante y peligrosa. Cómo una mujer hermosa. En ocasiones se enfada pero es amable y tierna, como una madre (de hecho lo es). Al casarse con el Padre Sol se transformó en la fuente de la vida, y para los que podemos leer sus azules ondas, es tambien una fuente de felicidad. De ella salimos, y a ella volveremos, todo es cuestión de tiempo.
Prefiero llamarla "la mar" porque es bella, ondulante, misteriosa, insinuante y peligrosa. Cómo una mujer hermosa. En ocasiones se enfada pero es amable y tierna, como una madre (de hecho lo es). Al casarse con el Padre Sol se transformó en la fuente de la vida, y para los que podemos leer sus azules ondas, es tambien una fuente de felicidad. De ella salimos, y a ella volveremos, todo es cuestión de tiempo.