Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.
Y LOS MAYORES TIENEN QUE ENSEÑAR A LOS NIÑOS A TOMAR EL ZUMO DE ESTAS MARAVILLOSAS NARANJAS.
Y LOS MAYORES TIENEN QUE ENSEÑAR A LOS NIÑOS A TOMAR EL ZUMO DE ESTAS MARAVILLOSAS NARANJAS.