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LAS TORRIJAS Y PORQUÉ SE COMEN EN SEMANA SANTA:
Hay versiones para todos los gustos:
Origen divino
Se desconoce cuál es el momento exacto en el que las torrijas comienzan su andadura, sin embargo, se cree que datan de la Edad Media y, a partir de aquí, la receta se propaga con rapidez. Su cuna la encontramos en los conventos y era el remedio perfecto para aprovechar el pan sobrante. Poco tiempo después, se comenzaron a preparar en las casas.
Al preguntar a Esteban Fernández, de la Asociación Empresarial de Pastelería Artesanal de la Comunidad de Madrid y perteneciente a la cuarta generación de una antigua estirpe de pasteleros, sobre el por qué de la estrecha vinculación entre las torrijas y la Semana Santa, nos relata una historia cargada de simbología.
"Las torrijas, al igual que la Semana Santa, representan la vida y muerte de Jesús. Según el rito católico, el pan es el cuerpo de Cristo, que muere en este tiempo, del mismo modo que la base de las torrijas es pan muerto. La leche, los huevos y la fritura -nos detalla- se entienden como los baños necesarios para que el cuerpo resucite y dicha fritura refleja el sufrimiento del Señor. Se produce la resurrección del pan muerto y de ahí la consideración de postre divino".
LAS TORRIJAS Y PORQUÉ SE COMEN EN SEMANA SANTA:
Hay versiones para todos los gustos:
Origen divino
Se desconoce cuál es el momento exacto en el que las torrijas comienzan su andadura, sin embargo, se cree que datan de la Edad Media y, a partir de aquí, la receta se propaga con rapidez. Su cuna la encontramos en los conventos y era el remedio perfecto para aprovechar el pan sobrante. Poco tiempo después, se comenzaron a preparar en las casas.
Al preguntar a Esteban Fernández, de la Asociación Empresarial de Pastelería Artesanal de la Comunidad de Madrid y perteneciente a la cuarta generación de una antigua estirpe de pasteleros, sobre el por qué de la estrecha vinculación entre las torrijas y la Semana Santa, nos relata una historia cargada de simbología.
"Las torrijas, al igual que la Semana Santa, representan la vida y muerte de Jesús. Según el rito católico, el pan es el cuerpo de Cristo, que muere en este tiempo, del mismo modo que la base de las torrijas es pan muerto. La leche, los huevos y la fritura -nos detalla- se entienden como los baños necesarios para que el cuerpo resucite y dicha fritura refleja el sufrimiento del Señor. Se produce la resurrección del pan muerto y de ahí la consideración de postre divino".