14 SEPTIEMBRE 2011
Para vosotros, mi #mareaverde
Porque siempre habéis estado ahí, desde el primer momento en el que mis padres me dejaron en una clase llena de juguetes, pinturas, disfraces, pizarras, tizas, mesas y cuentos. Un sitio donde al principio no me inspiraba nada bueno, porque yo quería estar en mi habitación, en mi salón, con mi televisión y con mis padres. Pero vosotros estuvisteis ahí, limpiando mis lágrimas, intentando que me integrase al grupo de niños que ya habían dejado de llorar y habían empezado a disfrutar de todo aquello. Poco a poco me fui familiarizando con todo aquello, con objetos que fuera de ese lugar carecerían de importancia. Y poco a poco, fui aprendiendo a aprender, a buscar mi lugar en ese mundo, a descubrir que igual me gustaba más aprender a leer que aprender a sumar. Pero vosotros seguíais ahí, incluso cuando una división se me atravesaba o debido a mi miedo escénico, me confundía continuamente al leer en voz alta. Siempre ahí, sonriendo y ofreciendo lo mejor de vosotros, para conseguir así, que algún día, nosotros demos lo mejor que tengamos.
Para vosotros, mi #mareaverde
Porque siempre habéis estado ahí, desde el primer momento en el que mis padres me dejaron en una clase llena de juguetes, pinturas, disfraces, pizarras, tizas, mesas y cuentos. Un sitio donde al principio no me inspiraba nada bueno, porque yo quería estar en mi habitación, en mi salón, con mi televisión y con mis padres. Pero vosotros estuvisteis ahí, limpiando mis lágrimas, intentando que me integrase al grupo de niños que ya habían dejado de llorar y habían empezado a disfrutar de todo aquello. Poco a poco me fui familiarizando con todo aquello, con objetos que fuera de ese lugar carecerían de importancia. Y poco a poco, fui aprendiendo a aprender, a buscar mi lugar en ese mundo, a descubrir que igual me gustaba más aprender a leer que aprender a sumar. Pero vosotros seguíais ahí, incluso cuando una división se me atravesaba o debido a mi miedo escénico, me confundía continuamente al leer en voz alta. Siempre ahí, sonriendo y ofreciendo lo mejor de vosotros, para conseguir así, que algún día, nosotros demos lo mejor que tengamos.
La primera despedida que asumí con tristeza fue al dejar la primaria, ¡mis amigos de siempre!, ¡los profesores que ya me conocían! ¿qué sería de mí ahora? Todo el mundo pintaba la secundaria como una etapa dura, difícil, muy diferente a lo que estaba acostumbrada, menos familiar que el trato que se tenía en los colegios. Porque el instituto... el instituto era otro mundo aparte. Me aceptaron en un instituto que había elegido como segunda opción, ¡qué tonta de mi! ahora lo pondría de primera, segunda y tercera. Entré sola, sin conocer a nadie, pero... ¿sabéis qué? Vosotros estábais ahí. No me fue difícil encariñarme de profesores, podría deciros qué profesor he tenido en cada asignatura desde 1º de ESO hasta hoy en día, 2º de BTO. He tenido mucha suerte, mi instituto está lleno de buenas personas, lleno de profesores por vocación, de profesores que se preocupan más por lo que aprendamos que por lo que viene escrito en un papel que se supone que tenemos que aprender. Lleno de profesores con sentido del humor, con disciplina, con respeto, con tolerancia, y con miles de palabras más que no harían otra cosa si no honrarlos.
He encontrado mi familia en vosotros, vosotros lo habéis hecho así. Porque no, no trabajais únicamente 20 horas, porque no, no os "tocáis los cojones" como muchas personas incultas alegan al referirse a vosotros. Porque no sois sólo profesores, sois amigos, sois compañeros, sois confidentes, sois en muchas ocasiones, un apoyo. Desde aquí, quería agradecer a todos y cada uno de vosotros que vio en mí algo, y me animó a seguir adelante.
A mi tutor de primaria, Lucio Atance. Porque han pasado ya 6 años desde la última vez que te di aquel último abrazo, y aún no te he olvidado.
A Marina, mi primera tutora en secundaria.
A Agustín, el profesor "duro" de Ciencias de la Naturaleza, porque fue la primera asignatura que suspendí en mi corta trayectoria de estudiante.
A Nieves, profesora de matemáticas, porque no he vuelto a entender las matemáticas tan bien como en esos tiempos.
A Sonia, sustituta de Ana, profesora de Biología. Porque me hiciste ver que lo mío eran las ciencias, y que lo mío no era dejar de estudiar en cuanto acabase la ESO.
Y por último, me vais a permitir que me explaye en las siguientes personas.
A Marina, mi primera tutora en secundaria.
A Agustín, el profesor "duro" de Ciencias de la Naturaleza, porque fue la primera asignatura que suspendí en mi corta trayectoria de estudiante.
A Nieves, profesora de matemáticas, porque no he vuelto a entender las matemáticas tan bien como en esos tiempos.
A Sonia, sustituta de Ana, profesora de Biología. Porque me hiciste ver que lo mío eran las ciencias, y que lo mío no era dejar de estudiar en cuanto acabase la ESO.
Y por último, me vais a permitir que me explaye en las siguientes personas.