Esta fábula enseña a los niños el valor que tiene la solidaridad, es decir, cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente para conseguir un fin común. La unión hace la fuerza.
Los dos hijos de un labrador vivían siempre discutiendo. Se peleaban por cualquier motivo, como quién iba a manejar el arado, quién sembraría, y así como todo. Cada vez que había una riña, ellos dejaban de hablarse. La concordia parecía algo imposible entre los dos. Eran testarudos, orgullosos y para su padre le suponía una dificultad mejorar estos sentimientos. Fue entonces que decidió darles una lección.
Los dos hijos de un labrador vivían siempre discutiendo. Se peleaban por cualquier motivo, como quién iba a manejar el arado, quién sembraría, y así como todo. Cada vez que había una riña, ellos dejaban de hablarse. La concordia parecía algo imposible entre los dos. Eran testarudos, orgullosos y para su padre le suponía una dificultad mejorar estos sentimientos. Fue entonces que decidió darles una lección.