Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.
La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
Tras el vivir y el soñar, está lo que más importa: el despertar
La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.