UN SONETO AL AMANECER, PARA ALICIA MARÍA ABATILLI
Se retira la sombra que perece,
cual si fuera un fantasma desalado;
huye y se esconde al día, que ha alumbrado
la sonrisa del sol... Es que amanece...
Una paloma blanca, ya aparece
mensajera de amor embelesado,
sin burla, ni ambición, ni gesto airado,
ni brizna del veneno que envanece.
Lleva en su pico el perfume alado
de una magnolia viva, no marchita.
Llega a lo alto, en vuelo enamorado.
Se olvida de la tierra, que se agita...
Y ya el soneto -Alicia- está acabado,
si a la luz de una vela, el amor grita.
Luis Madrigal
Se retira la sombra que perece,
cual si fuera un fantasma desalado;
huye y se esconde al día, que ha alumbrado
la sonrisa del sol... Es que amanece...
Una paloma blanca, ya aparece
mensajera de amor embelesado,
sin burla, ni ambición, ni gesto airado,
ni brizna del veneno que envanece.
Lleva en su pico el perfume alado
de una magnolia viva, no marchita.
Llega a lo alto, en vuelo enamorado.
Se olvida de la tierra, que se agita...
Y ya el soneto -Alicia- está acabado,
si a la luz de una vela, el amor grita.
Luis Madrigal