OROPESA DEL MAR: Querido JUAN, yo tan prosaica entro sin mirar a través...

Buenas noches

LA SIRENITA (SEGUNDA PARTE)
Buenas noches amor, escribí en la Luna aquella noche en la playa solitaria.
Hacía mucho tiempo que llegados pájaros de otoño, desaparecieron de la bahía las gaviotas. Galopaba yo en el pesado silencio, y el recuerdo de aquel montón de conchas, reunidas sobre la roca. Me crugian en el corazón sus últimas palabras... con acento isleño: "Cuídate mi niño, cuídate mi amor." Pájaros negros cambiaron el destino... Lunas traviesas me invitaron al olvido... sin embargo, sin embargo mas de medio siglo después, trepando por los muros del tiempo. regresé a la playa: a nuestra playa.
Cayo la noche, sobre la arena donde un día ceñí al mío su cuerpo desnudo, y escribiríamos amor sobre la arena. las olas lamían nuestros mpies, dejando en ellos sun besos de espuma. La Luna se acostó entre nubes: la Luna dormía... y ella apoyada sobre mi pecho...! Dios como cruje la memoria! Pasa calladamente. llueven memorias de ternura, y solo volando al ayer me quedo dormido. Sueño, brumas y ELLA: mi sirenita, pronunciando su tristeza en la bahía. No está enojada, no me riñe, aún me ama, pero me habla de amores imposibles. Miles de gaviotas vuelan bajo la Luna que se asoma entre las nubes... luego se esconde la Luna y se pierden en el Cielo las gaviotas. me quedo solo y la llamo, de mi voz desesperada. Sueño. Escucho un grito de algunas estrellas que se asoman Y lamentos, y gemidos sobre las olas... Una vos, una llamada pronuncia mi nombre y aquellas palabras:"Cuídate mi niño, cuídate mi amor. Retumba en el mar, retumba en la noche.! Ven sirenita, ven!-murmuran mis sueños. Silencio. Desesperadamente grito: ¿porque te escondes? Amor, perdona mis ausencia. ¿No ves como palpita mi corazón desgajado en mil tristezas?
Una tibia mano me arrastra por el mar. y luego me deja solo.
Una figura de mujer, sus cabellos flotando en el agua que se aleja en llantos de amor y que me dice: Nada es posible: aquellos días de amor se perdieron. De tanto amarte, me convertí en sirena. A partir de ese día, tras de tu prolongada ausencia, he querido ser lo que soy...-perdona- para castigarte. te espere días y días, en nuestra playa: días que fueron eternos y fuera entonces queme arrojé al mar... allí por donde te perdiste. me fuí con tu recuerdo, en busca de los mágicos paisajes de los que me hablaban tus cuentos. me marche en busca de auroras que con tristeza viera eran imposibles. Lloré; lloré muchas lagrimas del color del amor,, tantas que el mar se llenó de flores, y desde mis soplo de vida, las envié para tí: brillaban en amor sobre las olas.
Guarde tu alba amor... Quise seguirla y me gritó:! No no me sigas! Tu has escogido tu mundo, y yo la tristeza del mío.
Y su voz se apagó en la nioche.
Y desperté... y sobre las aguas flotaban, centenares de lágrimas, brillantes, del color del amor.
Grité, grité su nombre, toda la noche, hasta el amanecer... vendré mañana amor, regresaré mañana y reuniré contigo las conchas desparramadas.

Mañana te escucharé amanecida
desde mi y mis pájaros heridos
mañana temblaremos en el nido...
allí donde juraste me querías.

Mañana traeré nueva armonía
a aquel nido de amor: a nuestro nido
mañana te mostraré que no hay olvido...
y retornará de nuevo la alegría.

Mañana gritaran las mil colinas
del amor en un grito muy crecido
y te amaré por las olas y su espuma.

Sera mañana en esa gran llanura
en ese mar azul, tuyo y mío
que crecerán en amor hermosas luna
.
libertad

Querido JUAN, yo tan prosaica entro sin mirar a través de la foto y cuelgo el cocido y luego repaso y veo tu precioso relato, soneto incluído.

Es un regalo para nuestros ojos contar contigo, lo leere tranquilamente e incluso lo guardaré en mi carpeta.

Feliz día de fiesta.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
! Buenas tardes, Noemí!! Una pena que de esta historia de amores imposibles se ha extraviado la primera parte! No se si culpa mía o el gran empeño de alguien que se dedica a la enseñanza, tiene, en mostrar algunos de mis cuentos. la cuestión es que algunos se han perdido.
Pero amiga mía no te preocupes, soy amante del cocido, y de todo aquello que Victoria (mi madre) me procuraba de niño haciendo milagros en su puchero sobre las brasas, allá en la Alcarria... que precisamente vengo de recordar ... (ver texto completo)