Feliz tarde
¿Verdad que sigue siendo primavera? ¿Verdad amigas-amigos que me creéis, si os digo, que a unos metros bajo mi ventana, tengo flores idénticas a las de la foto?
¿A que es cierto, que las primaveras, traen recuerdos de viejas primaveras?
Ayer tarde, creo hablé de una primavera verde y ensayé unos versos, que decían mas o menos que estallaban en amor los campos y sus flores. Me gustan las flores: las acaricio, las mimo. tanto es así que dejo de lado el poema o relato por nacer: su color, su súplica, sus voces y todo aquel grito bajo un cielo esmeralda. Y ensayaré, en el mismo campo: en el de el amor: unos versos, a los que llamaré:
NO HAY OLVIDO.
Escucha, el aire, amiga, escucha
de ayer la llamarada: ese trino
En praderas salpicadas de amapolas
y deja te acaricie entre los trigos
por si algo se despierta y te solloza.
Tal vez te quede aún el hondo grito
de amor, ya en alargadas sombras
que se acostaban por los caminos.
Escucha amiga, escucha: e vuelto
para sentirte, adolescente y tímida,
y quererte en las caricias del viento
antiguo, en la tarde herida...
y en busca de las caricias que se perdieron.
Con tristeza se me cuelga aquella tarde:
corríamos, entre trigales
camino del río:
El río era verso. La Hierba. El aire
brisa entre los trigos...
Y cantaban ruiseñores.
Y tu mirada.
Y el silbo del viento y no se que ayes.
Y mis dedos sobre tu piel
rebeldes
y atrevidos...
Y tu garganta.
Y tus suspiros.
Y la llamarada
estallando en la tarde.
Y el río: cantaba el río
un himno de amor rebelde...
Y lo infinito
entre el perfume de mil flores.
Escucha el viento, escucha el aire
amiga mía. no hay olvido.
libertad.
¿A que es cierto, que las primaveras, traen recuerdos de viejas primaveras?
Ayer tarde, creo hablé de una primavera verde y ensayé unos versos, que decían mas o menos que estallaban en amor los campos y sus flores. Me gustan las flores: las acaricio, las mimo. tanto es así que dejo de lado el poema o relato por nacer: su color, su súplica, sus voces y todo aquel grito bajo un cielo esmeralda. Y ensayaré, en el mismo campo: en el de el amor: unos versos, a los que llamaré:
NO HAY OLVIDO.
Escucha, el aire, amiga, escucha
de ayer la llamarada: ese trino
En praderas salpicadas de amapolas
y deja te acaricie entre los trigos
por si algo se despierta y te solloza.
Tal vez te quede aún el hondo grito
de amor, ya en alargadas sombras
que se acostaban por los caminos.
Escucha amiga, escucha: e vuelto
para sentirte, adolescente y tímida,
y quererte en las caricias del viento
antiguo, en la tarde herida...
y en busca de las caricias que se perdieron.
Con tristeza se me cuelga aquella tarde:
corríamos, entre trigales
camino del río:
El río era verso. La Hierba. El aire
brisa entre los trigos...
Y cantaban ruiseñores.
Y tu mirada.
Y el silbo del viento y no se que ayes.
Y mis dedos sobre tu piel
rebeldes
y atrevidos...
Y tu garganta.
Y tus suspiros.
Y la llamarada
estallando en la tarde.
Y el río: cantaba el río
un himno de amor rebelde...
Y lo infinito
entre el perfume de mil flores.
Escucha el viento, escucha el aire
amiga mía. no hay olvido.
libertad.