Una mirada perdida mas allá del mar.
El teléfono. Suena el teléfono y una voz..."Tu eres..." Si soy yo...
Un silencio dulce y doloroso: era ella. No me salían las palabras. Ella hablaba y hablaba. "Cuarenta años hace cuarenta años que me pregunto, si has sido feliz. Fue mi culpa ¿sabes?! Yo era tan niña! Te he buscado. hace cerca de treinta años que te busco. Si me he sentido muy desgraciada... ¿Tienes hijos? Yo tuve uno, vive su vida al otro lado del Atlantico. No existo para él"! Claro que te he recordado... siempre!"
Hacía solo unos minutos, que su voz, tomada cayó en mis oídos:"Me castigo la vida: tal vez lo merecía..."
En su voz me imaginé lágrimas. Elegiste tu libertad, pensaba yo entre las gentes que poblaban la playa, ajenas a todo.
Volaban las gaviotas sobre el mar. Eran bellos sus vuelos, Eran los mismos que cuando dejé la isla, y de nuevo el el Madrid aquel donde la conocí. Una gaviota se lanza en picado sobre el mar. Un niño juega con un cometa, y la madre le riñe...
Cuarenta años y aquel día de un mes de julio torrido, que "se hace presente"
Una sorpresa. Un dolor dulde. Unas palabras que me han traido las ondas, y que reaparecen:"te quise siempre" Te querré siempre. Solo pido tu amistad: no me la niegues."
Elegimos las orillas del manzanares, aquel 18 de julio; estaba de vacaciones.
El mar. El amor. La separación. El dolor... El olor de su cuerpo joven y bello. y toda una noche de amor para el recuerdo. Un silencio despu-es que ardió mucho tiempo: gozo y dolor. Burla del destino.
Un a llamada. Un alarido en la gargante,. Unas labrimas que no ves, pero que adivinas...
Y las gaviotas, que huyen hacia alguna parte. Se hace de noche, y en una playa de levante, unas lagrimas que caen sobre la arena.
libertad.
El teléfono. Suena el teléfono y una voz..."Tu eres..." Si soy yo...
Un silencio dulce y doloroso: era ella. No me salían las palabras. Ella hablaba y hablaba. "Cuarenta años hace cuarenta años que me pregunto, si has sido feliz. Fue mi culpa ¿sabes?! Yo era tan niña! Te he buscado. hace cerca de treinta años que te busco. Si me he sentido muy desgraciada... ¿Tienes hijos? Yo tuve uno, vive su vida al otro lado del Atlantico. No existo para él"! Claro que te he recordado... siempre!"
Hacía solo unos minutos, que su voz, tomada cayó en mis oídos:"Me castigo la vida: tal vez lo merecía..."
En su voz me imaginé lágrimas. Elegiste tu libertad, pensaba yo entre las gentes que poblaban la playa, ajenas a todo.
Volaban las gaviotas sobre el mar. Eran bellos sus vuelos, Eran los mismos que cuando dejé la isla, y de nuevo el el Madrid aquel donde la conocí. Una gaviota se lanza en picado sobre el mar. Un niño juega con un cometa, y la madre le riñe...
Cuarenta años y aquel día de un mes de julio torrido, que "se hace presente"
Una sorpresa. Un dolor dulde. Unas palabras que me han traido las ondas, y que reaparecen:"te quise siempre" Te querré siempre. Solo pido tu amistad: no me la niegues."
Elegimos las orillas del manzanares, aquel 18 de julio; estaba de vacaciones.
El mar. El amor. La separación. El dolor... El olor de su cuerpo joven y bello. y toda una noche de amor para el recuerdo. Un silencio despu-es que ardió mucho tiempo: gozo y dolor. Burla del destino.
Un a llamada. Un alarido en la gargante,. Unas labrimas que no ves, pero que adivinas...
Y las gaviotas, que huyen hacia alguna parte. Se hace de noche, y en una playa de levante, unas lagrimas que caen sobre la arena.
libertad.
